Nadie menciona

 

“Nadie menciona la crisis física que sobreviene con la concepción  del primer hijo, la excitación de los sentimientos antiguamente enterrados acerca de la propia madre, la sensación confusa de poder y de impotencia, de ser poseída por un lado y de tener al alcance unas fuerzas físicas y psíquicas por el otro, y una sensibilidad acrecentada que puede ser excitante, que puede provocar aturdimiento y extenuación. 

Nadie menciona la extrañeza de la atracción - que puede ser tan ingenua y obsesiva como en los días del primer amor- hacia un ser tan pequeño, tan dependiente, tan replegado en sí mismo, que es y no es parte de una misma. Desde el principio, los cuidados que la madre prodiga a su hijo están comprometidos con un diálogo que cambia continuamente hasta cristalizar en los momentos en que, cuando oye el llanto de su hijo, siente que la leche le sube a los pechos; o cuando, oliendo el pecho, incluso dormido, el niño empieza a buscar a tientas el pezón.”


Fragmento del libro “Nacemos de mujer”, capítulo 1. Cólera y ternura de Adrienne Rich

 

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